lunes, 5 de enero de 2015

Jim Morrison.

La música está en el arte de las palabras de aquellos poetas soñadores de la libertad siendo la manera más directa de tocar el corazón de la soledad
Jim Morrison es uno de los rockeros más importantes de la historia del rock, A pesar de sus malas y desconcertantes actuaciones en momentos de embriaguez este decidió concentrarse en cuerpo y alma a su poesía.
“Si mi poesía intenta algo, es liberar a la gente de sus límites para ver y sentir”
James Douglas Morrison Clarke apodado el Rey Lagarto, quien cambio su nombre a “Jim” fue un cantautor estadounidense y gran leyenda del rock por sus inspiradas letras llenas de sentimientos oscuros y misterio pero no solo fue una estrella de la música si no también fue un poeta beat que plasmo los problemas de su tiempo en forma de versos.
La vida y la muerte de Jim Morrison recuerdan forzosamente a la presurosa existencia de uno de los poetas a los que leyó con pasión, Arthur Rimbaud, hacer amigos no era fácil y el pequeño encontró en la literatura el refugio perfecto ante la soledad en que se hallaba sumido, teniendo mucho en común con Arthur; por su infancia desierta, y su pasión por engarzar palabras que los toco desde su adolescencia
“Soy el hombre de la libertad, esa es toda la fortuna que tengo”
Jim prefería alimentarse de letras como su “hermano espiritual” Arthur Rimbaud, así como el francés le importaba poco su imagen externa, la poesía invadía sus mentes;  claro también otras sustancias y más en el caso de Morrison quien no dudo en adquirir alcohol, marihuana y en ese entonces LSD
“Cada nueva generación quiere un símbolo, gente nueva, nuevos nombres: quieren divorciarse de las generaciones anteriores”
El vocalista de “The doors” causo un gran escándalo en uno de sus conciertos y fue sentenciado a pagar una multa y cumplir 8 meses de trabajos forzosos, el caso quedo abierto y se convirtió en una sentencia que nunca cumplió, años después este viajo con su compañera de vida a Paris la ciudad de los románticos y los soñadores; quizás buscase en ella la tranquilidad que en América se le negaba. Pero no pudo escapar de los viejos fantasmas que llevaban años acosándole, consecuencia de esto dos meses después un 3 de julio encuentran a Morrison en su bañera aparentemente dormido, pues él ya había fallecido.
Existen varias versiones del producto de su muerte, varios testigos dicen haber visto la misma noche del acontecimiento subir a Jim a un avión, quizás ahora está un poeta ermitaño que vive en el continente africano que logró escapar del personaje excéntrico, borracho y  estrella de rock que antes fue.
“Creo en un largo, prolongado y ordenado trastorno de los sentidos hasta llegar a obtener lo desconocido.”
Antes de que el siglo XX comenzara, Friedrich Nietzsche colocó en el universo filosófico la frase “es necesario llevar en sí mismo un caos, para poner en el mundo una estrella danzante”. Jim había retomado cada una de las palabras del alemán a quien admiraba, incluso llevándolas a la práctica hasta el día de su muerte.

Durante toda su vida Morrison trabajo con el arte de su poesía, pues si no lo hubiera consumido la fama, lo recordaríamos hoy como un poeta soñador lleno de convicción.
 

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