La música está en el arte de las palabras de
aquellos poetas soñadores de la libertad siendo la manera más directa de tocar
el corazón de la soledad
Jim Morrison es uno de los rockeros más
importantes de la historia del rock, A pesar de sus malas y desconcertantes
actuaciones en momentos de embriaguez este decidió concentrarse en cuerpo y
alma a su poesía.
“Si mi poesía intenta algo, es liberar a la
gente de sus límites para ver y sentir”
James Douglas Morrison Clarke apodado el Rey Lagarto, quien cambio su nombre a “Jim”
fue un cantautor estadounidense y gran leyenda del rock por sus inspiradas
letras llenas de sentimientos oscuros y misterio pero no solo fue una estrella
de la música si no también fue un poeta beat que plasmo los problemas de su
tiempo en forma de versos.
La vida y la muerte de Jim Morrison recuerdan
forzosamente a la presurosa existencia de uno de los poetas a los que leyó con
pasión, Arthur Rimbaud, hacer amigos no era fácil y el pequeño encontró en la
literatura el refugio perfecto ante la soledad en que se hallaba sumido, teniendo mucho en común con Arthur; por su infancia desierta, y su
pasión por engarzar palabras que los toco desde su adolescencia
“Soy el hombre de la libertad, esa es toda la
fortuna que tengo”
Jim prefería alimentarse de letras como su
“hermano espiritual” Arthur Rimbaud, así como el francés le importaba poco su
imagen externa, la poesía invadía sus mentes;
claro también otras sustancias y más en el caso de Morrison quien no
dudo en adquirir alcohol, marihuana y en ese entonces LSD
“Cada nueva generación quiere un símbolo, gente
nueva, nuevos nombres: quieren divorciarse de las generaciones anteriores”
El vocalista de “The doors” causo un gran
escándalo en uno de sus conciertos y fue sentenciado a pagar una multa y
cumplir 8 meses de trabajos forzosos, el caso quedo abierto y se convirtió en
una sentencia que nunca cumplió, años después este viajo con su compañera de
vida a Paris la ciudad de los románticos y los soñadores; quizás buscase en
ella la tranquilidad que en América se le negaba. Pero no pudo escapar de los
viejos fantasmas que llevaban años acosándole, consecuencia de esto dos meses
después un 3 de julio encuentran a Morrison en su bañera aparentemente dormido,
pues él ya había fallecido.
Existen varias versiones del producto de su
muerte, varios testigos dicen haber visto la misma noche del acontecimiento subir
a Jim a un avión, quizás ahora está un poeta ermitaño que vive en el continente
africano que logró escapar del personaje excéntrico, borracho y estrella de rock que antes fue.
“Creo en un largo, prolongado y ordenado
trastorno de los sentidos hasta llegar a obtener lo desconocido.”
Antes de que el siglo XX comenzara, Friedrich
Nietzsche colocó en el universo filosófico la frase “es necesario llevar en sí
mismo un caos, para poner en el mundo una estrella danzante”. Jim había retomado cada una de las palabras
del alemán a quien admiraba, incluso llevándolas a la práctica hasta el día de
su muerte.
Durante toda su vida Morrison trabajo con el arte de su poesía, pues si
no lo hubiera consumido la fama, lo recordaríamos hoy como un poeta soñador
lleno de convicción.
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